
Los verdes cerros de Valle Fértil, con arroyos de aguas transparentes y saltos entre cantos rodados, valles con nutrida vegetación y el alegre trinar de los pájaros en los bosques son una propuesta turística excepcional en San Juan, provincia donde prevalecen áridos desiertos rojizos o grises y un clima seco de escasas precipitaciones.
Este departamento del este sanjuanino incluye en su territorio el extremo geológico de las sierras pampeanas, que lo ha dotado de un clima y una geografía distintos al resto de la provincia, con arroyos y ríos con agua todo el año y hasta el "lujo" de mantener un embalse con un lago de
El calor sofocante que emana de las piedras y el
suelo deja de quemar la garganta al entrar a San Agustín, con sus veredas
arboladas y jardines de un verde vivo y flores, gracias al riego diario de los
vecinos, que a veces lo extienden a la calle para refrescar todo el ambiente.


Por su cercanía con el Valle de la Luna -72 kilómetros-,
Patrimonio Natural de la
Humanidad y principal atractivo turístico de la provincia,
San Agustín del Valle Fértil constituye una parada casi obligatoria para la
mayoría de quienes van o vuelven a la ciudad de San Juan, a 252 kilómetros al
sudoeste.

Una de las localidades que ofrece estos encantos
particulares es La Majadita ,
atravesada por el río San Agustín y varios afluentes, cuyo paisaje remeda las
serranías cordobesas o puntanas.

Los ríos y arroyos, entre altos cerros en los que
anidan jotes y otros rapaces que dominan el azul espacio aéreo, están bordeados
de bajos barrancos rojizos o abras verdes con variadas especies de
"yuyos" que los lugareños utilizan para saborizar el mate y para preparar
infusiones con diversos fines, en especial curativos, aunque también aseguran
que sirven para la amistad, el amor, la virilidad y ahuyentar las malas ondas.
Estos yuyos,
que se venden deshidratados en las grandes ciudades, allí crecen frescos entre flores
coloridas, árboles y plantas típicas, como algarrobo, tala, berro y álamo,
además de la tusca, que es muy usada para la conocida artesanía en madera de La Majadita , o la pichana,
cuyas ramas son usadas como escobas.
Si bien los cactus mantienen una importante
presencia, la sombra de los árboles frondosos invita a los paseantes a armar un
picnic o disfrutar una siesta sobre el pasto, arrullados por el rumor del agua
y el canto de los venteveos, reinas moras, teros y chingolos.
La perla de la ciudad es el lago San Agustín, que
embalsa el agua del río del mismo nombre que se utiliza tanto para riego como
para consumo humano –derivada por dos canales distintos- y en torno al cual la Dirección de Turismo
local organiza caminatas de dos kilómetros para el avistamiento de aves y fauna
en general, con guías de senderismo especializados.
Desde la pasada Semana Santa, Valle Fértil
organiza, junto a autoridades de Turismo provincial, una serie de actividades
entre las que se destaca un "safari fotográfico" de unos 42 kilómetros , que
demanda buena parte de la jornada, con guías locales.

El recorrido comienza en el Centro de Información
Turística -frente a la plaza central-, recorre el valle intermontano de las
sierras, pasa por La Majadita ,
Los Bretes y la Quebrada
de Quimilo hasta llegar a la ruta 510.
En esos poblados, los turistas también pueden ver y
adquirir productos regionales, desde tallados en madera, tejidos en telar,
trenzados, dulces y platos de la gastronomía del lugar.
Otra actividad
en preparación, también con salida desde la plaza de San Agustín, es un ascenso
al cerro de
Por Gustavo Espeche Ortiz
Publicado en la Agencia de Noticias Télam
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