lunes, 16 de julio de 2012

LA RIOJA: UNA EXCURSIÓN POR LAS HUELLAS DEL MAYOR CABLECARRIL DEL MUNDO



Las instalaciones en desuso del cablecarril más largo y alto del mundo son el eje de un circuito de turismo alternativo de Chilecito, en La Rioja, que se combina con pintorescos caminos y poblados, todos abrazados por el nevado Famatina, la sierra más alta del planeta.
















Se trata de la excursión Vuelta del Pique, que comienza y termina en Chilecito -cabecera de ese departamento del centro provincial- aunque con varias opciones de pernoctación y la posibilidad de desviar por la famosa Ruta 40 y pasar por la también conocida Cuesta de Miranda, rumbo al Parque Nacional Talampaya.


 Obra Monumental
El cablecarril es una obra monumental de 35 kilómetros que sube más de 4.600 metros sobre el nivel del mar (msnm), construida por alemanes para una firma inglesa en 18 meses entre 1903 y 1904, con el que se extraían unas 400 toneladas diarias de minerales de la mina de oro La Mejicana, en el cordón de Famatina.
El sistema, que dejó de funcionar en 1950 al cerrar la mina y en 1982 fue declarado Monumento Histórico Nacional, cuenta con nueve estaciones, algunas de las cuales fueron acondicionadas como refugio de montaña para el turismo.
Las instalaciones edilicias, la maquinaria y las vagonetas se encuentran en perfectas condiciones y algunos rodamientos de los equipos giran con tal facilidad que hacen suponer que todo podría estar en funcionamiento si no fueran parte de un virtual museo de sitio.
El circuito tiene cuatro opciones básicas para senderismo, automóvil, bicicleta y caballos, que se multiplican al combinarlas de acuerdo a las preferencias del turista y según la cantidad de horas o días que desee dedicarle a la excursión, que siempre debe hacerse con un guía local autorizado.
El paseo ofrece un variado paisaje, con subidas y descensos en caracol por las "carpetas" del cordón, a las que cruza en forma transversal, hasta llegar al punto más alto, a unos 3.000 msnm, cerca de un puesto en que se cultivan nogales llamado El Pique, que le da el nombre.
Desde ese lugar se pueden tomar senderos que llevan a la mina La Mejicana, al paraje Las Chúcaras o a Santa Florentina, y también continuar el recorrido hacia Guanchín, un poblado ubicado unos mil metros más abajo.

La excursión

Es bueno iniciar la excursión antes del alba, porque Chilecito está encajonada por el nevado Famatina -que con sus 6.200 msnm es la sierra más alta del mundo y tiene 400 kilómetros de largo- y otros cerros menores, lo que retrasa el amanecer sobre el pueblo.
Entonces, al salir por la ruta 14, de tierra, se puede disfrutar del contraste entre la ciudad aún en penumbras y los primeros rayos del sol que tiñen de naranja las faldas del Famatina y resaltan sus nieves eternas en la cima.
Si bien es interesante una visita al museo que hay en la estación Nº 1 del cablecarril, es conveniente apurarse y llegar a la estación Nº 2 a tiempo para ver, a través de las hileras de vagonetas colgadas de sus rieles, el sol que asoma entre las sierras más altas y, minutos después, ilumina la ciudad y el valle, allá abajo, y descubre sus tonos verdes, amarillos y rojos.
El viaje continúa entre cerros que también exponen diversos colores según sus minerales y vegetación, con vertientes y ríos de reflejos dorados -como el Amarillo, que acompaña buena parte del trayecto- en el fondo de las quebradas.
A medida que se asciende, desaparecen el típico algorrobo y las jarillas que bordean el camino sinuoso y aparecen plantas que crecen a más de 1.500 metros de altura, como talas y viscos, entre otra flora algo más baja que la primera, y se sienten los olores de los yuyos aromáticos.
La mayoría son plantas rastreras, algunas con propiedades curativas, como la yerba larca, similar al cedrón y que crece en muy pocos otros lugares de Argentina, o la carqueja, que se usa para el amargo serrano y el fernet y es buena para el hígado.
Una de las más famosas es la muña muña o sanalotodo, porque su infusión es un vasodilatador usado también como afrodisíaco, y los guías riojanos destacan que era consumida por su comprovinciano el ex presidente Carlos Menem.
También la fauna es variada aunque difícil de avistar desde vehículos, porque huye ante el ruido de motores, pero sí pueden observarla quienes optan por el senderismo o cabalgatas.
Las especies más fáciles de ver son las aves, en especial las rapaces, como grandes cóndores, aguiluchos y el águila blanca -especie en extinción- además de perdices y martinetas copetonas. Entre los mamíferos se destacan guanacos y zorros y, contadas veces, la taruca o alce andino, como llaman al huemul, que es muy difícil de avistar.
Toda la excursión ofrece constantes miradores naturales a cada paso, pero hay dos puntos establecidos oficialmente que permiten una visión panorámica, en Las Chúcaras y Pampa de las Vacas.
Allí comienza el descenso que se aleja del cablecarril y tras cruzar el río Pismanta lleva a Guanchín, un pueblo de agricultores que se dedican al cultivo de nuez, almendros, duraznos y membrillos, a 2.000 msnm.
Además de degustar dulces y frutos locales, en Guanchín se puede visitar la antigua iglesia de la Virgen del Valle y el Vía Crucis en miniatura que decora la plaza de esta comarca de menos de mil habitantes.
La última parada es Sañogasta, otra pequeña localidad serrana, cuyo atractivo principal es la Iglesia de San Sebastián, erigida en 1764. De allí se sale a la Ruta 40 y las opciones son el regreso a Chilecito, para culminar el circuito en el punto inicial, o tomar hacia el sur para descender por la Cuesta de Miranda.
Este trayecto de 11 kilómetros de camino de ripio rojo y polvoriento, con caracoles y cornisas entre altos paredones y los barrancos poblados de cactus, comienza en el puente sobre el río Miranda, que constituye un mirador ideal para apreciar este curso de agua encajonado en un estrecha garganta a decenas de metro más abajo. El río acompaña a la ruta 40 serpenteando igual que ésta, pero desde el fondo de la quebrada, hasta Bordo Atravesado, donde termina la cuesta y empieza el departamento de Villa Unión, en el que está el Parque Nacional Talampaya.
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La gastronomía tradicional, los innovadores alfajores de vino y otras opciones
(Recuadro)

La ciudad de Chilecito -capital del departamento del mismo nombre- tiene una ubicación estratégica en La Rioja para el turismo, por estar en un punto neurálgico de la red vial y conectar con los principales atractivos de la región, además de ofrecer los propios.
Las excursiones por las sierras y llanos locales se complementan con visitas a otros destinos de la provincia y alrededores, y la gastronomía típica de locros, chivitos y empanadas deja espacio para los innovadores alfajores de vino torrontés.
Respecto de esa ubicación privilegiada, el director del Ente Municipal de Turismo (EMUTUR) local, Mario Andrada, dijo a Télam que la ciudad no es un lugar de paso del turismo sino de llegada y señaló que "nuestro objetivo es posicionarlo como destino, es decir que Chilecito se convierta en el destino turístico de la provincia de la Rioja".
A modo de ofrecimiento, comentó que "si uno llega a Chilecito y pernocta 15 días, puede hacer excursiones dentro del departamento y, por nuestra ubicación estratégica, también puede ir al Parque Nacional Talampaya, al Valle de la Luna (en San Juan), a la ciudad de La Rioja o a otros destinos, como Termas de Fiambalá, en Catamarca".
Entre los servicios de hospedaje que ofrece la ciudad figuran cabañas, aparts, hoteles y hostels, que suman unas 1.500 camas en constante aumento, y "estamos por inaugurar el primer hotel 5 estrellas de una cadena muy importante a nivel nacional, con un hotel casino que dará valor agregado a nuestros servicios hoteleros", añadió Andrada.
Sobre la gastronomía, dijo que Chilecito tiene "toda la tradición de nuestros antepasados, con empanadas, chivitos y locros", pero "hoy también hay una propuesta gastronómica nueva que se logró repatriando nuestra cepa de origen, que es el torrontés, con el que uno de nuestros artesanos ha descubierto que pueden crear un mouse para comercializar hoy el alfajor del vino torrontés".
Tras destacar que "este vino chileciteño tiene gran prestigio a nivel mundial, como lo demuestra el Oscar de Oro que ganó en 1994 en Francia como mejor vino del mundo", apuntó que los alfajores "se venden en Chilecito por ahora, y los turistas pueden saborearlo acá o llevarlo y difundir nuestros nuevos sabores".
Días después en Buenos Aires, durante la Feria Caminos y Sabores, el creador de estos alfajores, José "Colorado" Zamora, los ofrecía para su degustación y aclaraba que la crema dulce que los rellena mantiene el sabor y aroma del torrontés pero no el alcohol, por lo que no hay inconvenientes en ser vendidos a menores de edad. "Los conitos sí vienen borrachitos y además tienen la guinda macerada adentro", aclaró respecto de otro de sus dulces.
El titular del EMUTUR, comentó que "Chilecito tiene unos 60 mil habitantes, pero no dejó de ser pueblo. Con toda su vivencia y con toda su historia de pueblo no deja de crecer pero mantiene sus tradiciones para acoger al turista".
Los principales accesos viales a Chilecito son la ruta 38, que llega desde Córdoba, y la ruta 40, que cruza toda Argentina de norte a sur, ambas en estado "excelente" dentro del departamento, según Andrada.

Por Gustavo Espeche Ortiz
Adaptación de artículo publicado en la Agencia de Noticias Télam




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